Tifón 2023
Abril – Entrega 40

“Animalia” de Sylvia Molloy
“Pedro Aravena Malbec”
“Valen Vincent visualiza Fire of Love” de Sandra Dosa



Animalia de Sylvia Molloy

Los últimos libros de Sylvia Molloy, Desarticulaciones (2010) y Vivir entre lenguas (2016), dejaron prendada nuestra memoria. Han pasado años, tal vez diez, desde que la leímos por primera vez. Nos ha parecido que leíamos los papeles de una vieja amiga, apuntes tan limpios y con tan poco ruido como los de alguien que toma nota de sus días tras cincuenta años de estar preparando el pulso para eso. Nos preguntamos si estos libros son los distintos tomos de una autobiografía, no de esas que arman todo el culto a una vida, a un nombre, a una familia, sino de las otras. Su prosa es ligera, todo lo contrario de un plomo, y es una prosa que no necesita grandes malabares para encender la complicidad.
En Animalia volvemos a las miniaturas autobiográficas desde ese contrapunto tan suyo entre la niñez en Olivos y la vejez en Long Island. Una, casi sin animales; la otra, poblada, sobre todo de gatos, pero también de gallinas, faisanes salvajes, algún perro y hasta serpientes. En ese contrapunto, entre Libertad Lamarque y Tina Turner, está también la pandemia que significó para Sylvia Molloy y para muchos de nosotros un momento de reunión y convivencia plena con los animales de la casa.
En este libro, sobrio y apaciguado hasta para narrar un incendio, van a encontrar siempre, a veces en la primera oración de un capítulo, a veces en la última, a veces puesta como quien no quiere la cosa, la dinamita de la carcajada a la espera, por supuesto, de su cómplice, la chispa de la mirada de quien lee. Es llamativo que un libro, tan breve, nos haga sentir partícipes, incluso familia, de una vida entera. Nos mordemos la lengua para no contar la escena de la ranita, aquella en la que la niña Sylvia se enfrenta a la paradoja máxima de su temprana vocación de cirujana, aquella que señala que dar muerte es también un gesto de empatía interespecies.

Pedro Aravena
Malbec
Bodega Al Este

Sorpresa fue para nosotros describir que en Médanos, Provincia de Buenos Aires, había una bodega con vinos para Tifón. Ya reincidentes, esta vez elegimos el Pedro Aravena Malbec.
Es un viñedo en la intersección entre la Pampa y la Patagonia y unas Malbec, lo que le da características poco habituales en Argentina a este terroir. El proceso de vendimia de este vino consta de una prefermentación en frío de una semana, un fermentado con levaduras nativas de dos semanas y otras dos semanas de maceración postfermentativa con pieles. Todo el proceso se hace en tanques de acero inoxidable, en los que luego se añeja por seis meses. El vino no se filtra.
Notas de cata: rojo intenso con destellos violáceos, intensidad aromática a ciruelas y frutos rojos, con presencia floral que recuerda a violetas. En boca, resulta de una acidez natural integrada al cuerpo del vino, con taninos redondos y presentes. De final prolongado, recuerda al té negro.
Para Tifón es una alegría tener una bodega al sur de la provincia. Aprovechamos esta oportunidad para extendernos la invitación y decirle a Pedro que tarde o temprano nos va a encontrar visitando sus pagos.

Valen Vincent visualiza el documental Fire of Love (2022)
de Sandra Dosa

En la librería, entre turno y turno, además de pasarnos tareas, compartir un rato la charla, ponernos al día con alguna cosa, traficamos películas. A fines del 2022, Francisco y/o Manuel trajeron el rumor de que había un documental tremendo sobre una pareja encendida por el amor a los volcanes.
Entre la ciencia y la locura, como casi todo lo que nos gusta, era así: una pareja de franceses, a fines del siglo XX, se obsesionaron con conocer, visitar y estudiar volcanes en actividad y, en lo posible, asistir a su clímax, la erupción. Además de hacerlo cantidad de veces, lo documentaron hasta el hartazgo y ese proceder obsesivo y detallista le dio a Sandra Dosa la posibilidad de armar una película hermosa y alucinante a base de revisar el impresionante archivo que dejaron. El resultado —narrado por Miranda July con un tono que, lo inventamos ahora, podríamos llamar ironía naif— es un documental bellísimo que nos alucina con sus imágenes.

Con fe en el poder de las ilustraciones de Valen Vincent, compartimos la película con ella y le pedimos una pequeña batería de imágenes para compartir el entusiasmo con ustedes. Ojalá encuentren el documental por ahí para verlo. En caso de que no lo hagan, nos avisan. Guiño, guiño.