Tifón 2022
Abril – Entrega 28

“Urbana” de Fogwill
“Chupansangre – Malbec” de Familia Kretschmar
“Burbuja Atlántica” de MC & EP


 

Urbana de de Fogwill

A Fogwill lo conocimos en 2009, éramos unos jovencitos y él lucía un poco cansado. Fumaba cigarro tras cigarro, los agujereaba con un escarbadientes cerca del filtro para no chupar todo el humo. Tenía una pila de puff de salbutamol en un frutero de bazar industrial. A pesar de todo, lucía atlético, bien combustionado. Gritaba al teléfono cuando lo llamamos, su recepción fue cálida, era de los que podían putearte como una muestra de confianza.
Lo teníamos leído a medias, con el tiempo fuimos por todo. Sus cuentos, sus novelas, antes que Los Pichiciegos siempre Vivir afuera. En algún momento salió Los libros de la guerra y lo leímos con urgencia, con la culpa de los que nacimos desfasados. Nos hubiera gustado ser sus contemporáneos y trabajar en su agencia.
Se jactaba de haber estado preso de la cocaína y, también, de haber estado preso por algo vinculado a una cuestión impositiva. También se jactaba de ser una pieza fundamental de ese otro país imaginario: la literatura argentina.
En la librería De La Mancha, hacían circular que cuando su libro no estaba exhibido, no tenía ningún problema en tirar las pilas de las mesas. En El artista, la película de Cohn y Duprat, tampoco tuvo problema en hacer de viejo gagá.
A los de su generación, les encanta hacer de viejos gagás. Cuando Fogwill murió, lo velaron en la Biblioteca Nacional y se escuchó su música. Parece que fue ayer pero ya pasaron diez años.
Ahora, casi veinte años después de que la firmara, Urbana es publicada en Argentina por Blatt y Ríos. Es un libro que esperamos mucho y leímos de una sentada, arrobados por su inteligencia cínica, por su manera de jugar a la literatura y de jugar a saber más sobre nuestra sociedad que cualquier funcionario de turno. Ayer como hoy, justo después de que empezara el siglo XXI y antes del estallido de diciembre de 2001, todo parece suceder en una trama paralela, secreta, aunque la que vemos sea espectacular, divertida y espantosa.

Chupasangre Malbec
de Familia Kretschmar

Este vino lo elegimos principalmente por su nombre y por la cantidad de chupasangres que circulan en Urbana. Y porque es un gran vino.
Sin embargo, su nombre viene de otro lado. La familia Kretschmar produce toda una línea de vinos inspirados en la subsistencia de la flora en terrenos en los que escasea la materia orgánica y que, por ese motivo, resultan exquisitos para el cultivo de las uvas. Su bodega tiene dos líneas de vinos, los que hacen honor a la flor Sanguinaria y los que se lo rinden al arbusto Chupasangre. Toda su producción viene de vides de la zona del zonda, en Mendoza. El Chupasangre de este abril fue producido en Pedriel, Luján de Cuyo. Las uvas provienen de una plantación joven, que está cumpliendo los veinte años. Luego de las vendimias de marzo, se seleccionan los racimos para pasar a la maceración con levaduras en tanques de acero inoxidable. Con paso por roble francés, tiene un rojo intenso, es fresco y frutado, con aromas de ciruela madura, cereza y frutos rojos, con notas de pimienta y tal vez de chocolate. Su enólogo fue Attilio Pagli.

Burbuja Atlántica de MC & EP

El objeto R de abril/2022 resultó totalmente decidido y elaborado sobre la marcha. Teníamos pensado un mapa de una ciudad imaginaria pero no pudimos conseguirlo y la necesidad nos puso creativos.
MC & EP vienen hace mucho tiempo queriendo armar algo en torno a las transformaciones urbanas y, por una cosa o por otra, postergan la oportunidad. Tal como cuentan en la pieza que prepararon, cuando iban a hacer la Obra sólo se quedaron con una pequeña parte, el registro del proceso. Nunca llegaron a contemplar la Gran Demolición, cuando estaban dadas las condiciones ya era tarde.
Mezcla de fotografía, crónica y microensayo, MC & EP consiguieron hacer de su contratiempo una pieza justa. Y nos sorprende, ahora, que la casa de la cubierta de Urbana pareciera haber sido arrancada de ese terreno que fotografiaron.

Una curiosidad: estábamos plegando las impresiones en la librería cuando llegó MG, uno de nuestros parroquianos de los sábados. Sin mayor preámbulo, le regalamos una copia. Pocas horas más tarde, nos llegó el mensaje: “Madonna santa. Leí recién la edición que me regalaste. ¿Podés creer que grandes momentos de mi vida pasaron en esa casa?”

 

     

Detalles del objeto R