Tifón 2022
Septiembre – Entrega 33

“La forma del cielo” de Paula Fernández Vega
“La Espera – Chardonnay”
“Afiche” de Valen Vincent



La forma del cielo de Paula Fernández Vega

Angélica Gorodischer, en una entrevista, decía que últimamente veía muchas novelitas prolijas, correctas, bien escritas, que no tienen ningún riesgo, no me hacen perder pie nunca. Sé dónde van, por dónde, por qué vereda, del lado del sol o de la sombra, si van a cruzar o no.
En 2020, habíamos llegado a un diagnóstico parecido. Por eso armamos este Club, para compartir con ustedes libros no tan prolijos, no tan correctos ni tan “bien” escritos. Tampoco es que andemos por ahí buscando libros desprolijos, incorrectos y mal escritos. Nuestro criterio busca libros como los que le harían perder pie a esas maneras de acomodarse que tiene la literatura en la silla del sedentarismo.

En cuanto a La forma del cielo, qué decir. A veces la vida o como le llamemos a eso que pasa ahí afuera y nos incluye o que pasa dentro de casa y nos extraña, es una cosa a la que sólo podemos acceder de una línea a la vez, oración por oración.
Dicen lxs físicxs —y lo comprobamos cada día— que la gravedad hace que todo caiga en línea perpendicular a la tangente de la Tierra. Así caen las escrituras que hacen de la literatura un plomazo.
En los relatos de Paula Fernández Vega las cosas caen de otra manera. Uno de ellos, “Flores amarillas”, comienza así: Sabía que existían otras formas de ordenar la cabeza.
¿Y si la gravedad, más que una fuerza hacia el centro de la Tierra, fuese un grupo de montañas con una señora muy vieja que va bajando, como una bola de ruleta, y que camina desde los picos por distintas terrazas y en espiral hacia el sueño profundo del valle?
Ese saber con el que empieza “Flores Amarillas” cómo vuelve, qué significa. Ahí está la clave de aquellas respuestas que adoptamos cuando nos preguntaban para qué leemos, para qué leer: “para conocer otros mundos”. Pero no se trata sólo de conocer los sabores típicos de Papúa Nueva Guinea, se trata de reordenar la cabeza y que nuestro mundo de repente sea otra cosa. Eso nos pasa con los relatos de Paula.

En aquella entrevista, Gorodischer decía: lo que me importa es que la escritura vaya por algún lado raro y se caiga al precipicio, porque yo me quiero caer al precipicio. Quiero ver qué hay ahí, en el fondo. Y si el autor o la autora no me dan eso, cierro el libro y lo tiro, qué me importa.

La espera Chardonnay

Hacia el año 2003, Kurt Heinlein decidió recorrer la provincia de Mendoza en busca de un terruño para concretar un viejo anhelo: establecer un emprendimiento vitivinícola familiar que rindiese tributo a sus antepasados creando un legado para las generaciones futuras. Luego de varios viajes y muchos kilómetros recorridos, lo encontró a 850 metros de altura, a orillas del río Diamante. Fue 2005 cuando plantó las primeras 20 hectáreas con: Malbec, Cabernet Sauvignon y Syrah. Estas darían origen a unos de los primeros vinos de 25 de Mayo, San Rafael.
“Vineyards” se encuentra en la última terraza fluvial formada por el Diamante. La cercanía con la precordillera determina una ubicación en el cono aluvional, por eso los suelos son heterogéneos, de una primera capa franco arenosa que denota presencia de cantos rodados de diversas magnitudes a profundidades variables, caliches y depósitos de material calcáreo.
“La Espera” y el vino en todo su ser es una de esas bebidas que extiende al presente más allá del instante. Este chardonnay proviene de una de las parcelas cuyos suelos se caracterizan por ser profundo franco arenoso con presencia irregular de caliche. Los viñedos fueron plantados en 2008, mediante espaldero alto a doble cordón pitoneado. Son viñedos regados por goteo con agua del deshielo provista de la cordillera de Los Andes. La cosecha es manual en cajas de 16 kilos.
La Espera Chardonnay presenta un color amarilo brillante con destellos verdosos. En nariz se sienten los aromas a manzana verde y ananá. En boca su entrada es amable, cuerpo medio y una muy balanceada acidez que refresca el final.
Su enóloga es Jimena López.

“Afiche” de Valen Vincent

El sábado 24 de septiembre, Paula Fernández Vega y Sebastián Chilano conversaron en El Gran Pez sobre “La forma del cielo”.
Fue una tardenoche hermosa, con la librería colmada. El diálogo recreó la historia del libro y la de una amistad hecha de lecturas.
Valen Vincent ilustró el afiche con el anuncio, buscando guiños y complicidades para el convite.